Filosofía
En la actualidad es común hablar sobre la edad en que se puede empezar a estudiar música. En otras épocas se comenzaba a las 6 o 7 años, dependiendo del instrumento, sin contar aquellas excepciones que se podían encontrar en los más talentosos.
Las últimas investigaciones nos cuentan de los efectos indiscutibles que resultan de la exposición a la música de los niños y las niñas incluso antes de nacer.
Sin embargo en lo que respecta a métodos de aprendizaje, todavía no hemos avanzado tanto.
Encontramos en las escuelas, los conservatorios e incluso las universidades, un filtro sumamente estricto que determina quien puede y quien no puede disfrutar haciendo música, ya sea tocando, componiendo o dirigiendo.
La diversidad todavía no ha llegado a la educación musical, seguimos masificando la estrategia de enseñanza y por supuesto a la gran población impaciente por aprender.
La fuerza de comunicación que tiene la música y su libre acceso a través de los medios producen una gran cantidad de interesados en aprender y dominar esta forma complejísima de comunicación.
Hemos visto aparecer y desaparecer cantidades de métodos de enseñanza, que, según opinamos nosotros, han abarcado sólo el primer estadio de aprendizaje, muy pocos han logrado inculcar la música como una manera más de expresarse. Más bien han logrado más sobre la reproducción que sobre la creación, y no específicamente hablamos de compositores, porque un tema que se aprende a tocar no solo se reproduce, al aprenderlo realmente sufre una apropiación por parte de quien lo toca.
Estamos a favor de la lectoescritura musical, pero sólo como una herramienta que aprovechamos para introducir datos, lo mismo respecto a todo lo que se refiere a la teoría musical. Creemos que si esta información no se pone en práctica inmediatamente, no tiene ningún sentido aprenderla.
Creemos que si uno ha aprendido un tema , mediante la lectura o no, y no es capaz de escribirlo tan naturalmente como escribiría su nombre, entonces no lo sabe.
Para lograr este objetivo en EstudioArte Heredia, explotamos la inagotable capacidad de la mente en sus tres maneras de pensar – auditiva, visual y kinestésica – . Sumamos a la enseñanza técnica del instrumento esos tres motores que espontáneamente utilizan los más talentosos. Descubrimos las estrategias específicas que mejor maneja el o la estudiante. Nuestro objetivo es que cada uno descubra sus capacidades e incorpore la creencia de que esconde muchas otras por revelar. No buscamos máquinas infalibles, buscamos seres humanos expresando aquello que es imposible comunicar con palabras.